“Cuando ya tienes todo lo que quieres, ¿qué quieres?” se pregunta el protagonista al principio de Mojave, filme de William Monahan. Y es que, como ya postularon algunos filósofos, el hombre es voluntad. Esto significa que somos la potencia misma del querer, no su objeto; por ello, la cuestión que inicia este escrito se nos
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La crueldad, como híbrido entre el odio y la venganza, ha sido vertida por todos, alguna vez, con la impiedad y la fiereza que la caracterizan. Este tipo de acción, cuyo fin es producir daño a otro, puede originarse por la voluntad y conscientemente; o bien legitimando nuestra acción en nombre de algún propósito elevado,
Evacuar lo escatológico que se pudre en las entrañas, puede ser una expresión soez y zafia, o una metáfora o imagen de cuanto contenemos en nuestro interior de despreciable, y en consecuencia de la necesidad de expelerlo con prontitud. Porque, nos agrade o no, todos incorporamos lo bello y lo siniestro a lo largo de
Un mazo desplomándose despiadadamente sobre la testa, sin herirla ni desangrarla. Un impacto simbólico sobre la consciencia, que la remacha hasta la iniquidad, desarmándola, despojándola de toda artimaña de defensa, para dejarla inerme y a la intemperie. Un brazo invisible – ¿anónimo quizás? – que mangonea hábilmente esa clava para pulverizar, irreversiblemente, la posibilidad de
Los impulsos me tunden, lindando la flagelación, con una vara metálica para que explote y expanda mi presión alrededor. Infringiendo toda norma o convención social y dotando de libre voluntad a mis deseos y pasiones. Aun sabiendo lo controvertido de identificar querer con desear, no hago sino manifestar el tumulto en ebullición que me habita
El cansancio que se aferra al estado de normalidad, abatiéndonos y postrándonos como seres incapaces casi de movilidad, se gesta en el transcurso de una cotidianidad anodina que nubla el qué y el porqué de la existencia. No se requiere magnos sucesos que nos noqueen; al contrario, lo que nos carcome es la insulsez de
“Es lo que hay”… y nació el Deseo, como si estoicamente poseyéramos la capacidad de querer lo que tenemos, sin dilación, ni dudas, ni titubeos. Cierto es que desear lo que no hay, en términos absolutos, es un acto de masoquismo que tiende a menos infinito. Pero, también lo es que si la voluntad resta
Verdear el horizonte es un deseo inconsciente, una reminiscencia ancestral que como un renuevo pulsa por emerger con consistencia. Pero, no hay posibilidad ya, desfondados por un presente crudo y realista, de rebrotes falaces que solamente devienen lenitivos para sostener lo insoportable. Serpenteando por el ámbito de lo infausto, nos resta la fortaleza para rescatarnos
Cuando nos sentamos ante un papel –o pantalla- en blanco, podemos sentirnos atrapados por compulsiones que nos harían verter contenidos inapropiados, pero protegernos, a la vez, gracias a la acción de un sensor de autodominio que inmediatamente descargase su sabio elixir. Tal vez la pasión sea siempre enemiga de la reflexión, pero la reflexión sin
“(…) Él decía (J.FY.Fréhaut) que el aumento del flujo de información en el seno de la sociedad era en sí, algo bueno. Que la libertad no era otra cosa que la posibilidad de establecer interconexiones variadas entre individuos, proyectos, organismos, servicios. Según él, la libertad máxima coincidía con el máximo número de elecciones posibles. En